Fajas moldeadoras, ¿sí o no?
Las fajas moldeadoras se han popularizado como método para mejorar la apariencia de la figura. Pero su uso no está exento de controversia, tiene aspectos positivos y negativos.
Entre los beneficios está que dan soporte y compresión abdominal, alisando la zona y disimulando michelines antiestéticos, especialmente en mujeres tras el embarazo. También mejoran la postura.
Algunos estudios indican que usar fajas aumenta la sudoración durante el ejercicio, ayudando a quemar más calorías. Y proporcionan cierta protección lumbar durante entrenamientos de peso.
Sin embargo, su uso prolongado puede provocar debilitamiento y atrofia muscular por la excesiva sujeción. También puede afectar órganos internos y dificultar la respiración si es demasiado ajustada.
No hay evidencia de que ayuden realmente a adelgazar ni a endurecer la musculatura. Por sí solas no son efectivas si no se complementan con una alimentación sana y ejercicio físico.
En resumen, usar fajas ocasionalmente no es malo, pero no deben ser un método permanente ni sustituir un estilo de vida activo y una dieta equilibrada. Más que moldear el cuerpo artificialmente, lo mejor es trabajarlo y fortalecerlo.