
Cuidado con la sobredosis de agua
Beber suficiente agua cada día es esencial para una buena salud. Pero un consumo excesivo puede tener efectos contraproducentes e incluso peligrosos.
Cuando se ingieren grandes cantidades de agua de golpe, los niveles de electrolitos como sodio y potasio en sangre se diluyen rápidamente. Esto altera el equilibrio de fluidos del organismo.
Los síntomas de una intoxicación por agua son náuseas, vómitos, dolor de cabeza, confusión mental e hinchazón en manos, pies y cara. En casos extremos puede derivar en un edema cerebral potencialmente mortal.
Las personas más vulnerables son ancianos, niños pequeños y quienes toman medicamentos diuréticos. Pero cualquier adulto puede verse afectado al forzar una ingesta exagerada de líquido.
Para estar bien hidratado basta con beber cuando se tiene sed y consumir al día entre 1.5 y 2 litros, según las necesidades individuales. No hay evidencia de que forzarse a tomar más tenga beneficios.
El agua es vida y uno de los pilares de la buena salud. Pero no debemos olvidar que incluso lo bueno en exceso puede volverse contraproducente. Moderación y equilibrio son claves para aprovechar sus bondades.