Los riesgos de una alimentación sin control
Comer más de lo necesario, llevar una dieta sin control o simplemente comer sin control, puede acarrear graves consecuencias para la salud a corto y largo plazo. Algunos de los principales peligros son:
- Aumento excesivo de peso y obesidad: el exceso calórico se acumula en forma de grasa corporal, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y ciertos cánceres.
- Hígado graso: puede derivar en cirrosis, fallo hepático e incluso cáncer de hígado. El alcohol empeora este cuadro.
- Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2: la glucosa y grasas en exceso dañan las células beta del páncreas.
- Dislipemias: niveles elevados de colesterol y triglicéridos por una ingesta exagerada de grasas saturadas.
- Acidez, gastritis y úlceras: el exceso de comida distiende el estómago y desgasta su mucosa.
- Estreñimiento y otros trastornos digestivos: una alimentación desequilibrada afecta el tránsito intestinal.
- Carencia de nutrientes: paradójicamente también se dan déficits de vitaminas y minerales.
Comer sin control arrasa con nuestra salud. Lo fundamental es llevar una dieta equilibrada, variada y adaptada a nuestras necesidades individuales.