Madrugar tiene recompensa: descubre por qué
Levantarse temprano, cuando aún no ha salido el sol, puede ser difícil para algunos. Sin embargo, hacerlo reporta múltiples beneficios que bien valen el esfuerzo de madrugar.
Dormir las horas justas y necesarias favorece un descanso reparador y una mejor calidad del sueño. Evita llegar cansado al día siguiente.
Disponer de tiempo por la mañana permite organizarse sin prisas, lo que reduce el estrés. Es el momento perfecto para meditar, hacer ejercicio o dedicarse a uno mismo.
Aprovechar las horas de la mañana potencia la productividad, pues es cuando la mente está más despejada y concentrada. El cuerpo también rinde mejor.
Ver amanecer y disfrutar de las primeras luces del día tiene efectos positivos a nivel hormonal. Se segrega más serotonina y se reducen los niveles de cortisol.
Levantarse pronto crea la rutina y disciplina necesarias para rendir durante toda la jornada y cumplir objetivos. Fomenta la constancia.
Separar un tiempo sólo para uno por la mañana equilibra mente y cuerpo para afrontar el día con energía y entusiasmo.
En definitiva, madrugar es un hábito que, una vez adquirido, proporciona vitalidad y aprovecha al máximo las horas del día. Merece la pena intentarlo.