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Asma y Deporte

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Actividad física y asma, una relación posible

El asma es una enfermedad respiratoria que causa dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos y sibilancias. A menudo, las personas que la padecen creen que no pueden ni deben hacer ejercicio. Pero esto no es del todo cierto.

Con la medicación adecuada para controlar la inflamación de las vías respiratorias y siguiendo ciertas recomendaciones, las personas asmáticas pueden y deben mantenerse activas.

El ejercicio aeróbico de intensidad moderada como caminar, correr o nadar mejora mucho la capacidad cardiovascular y pulmonar. Fortalece la musculatura respiratoria y enseña a controlar mejor la respiración.

Es importante hidratarse bien antes y después de la actividad física, usar siempre la medicación indicada y cubrir nariz y boca si se practica deporte en ambientes secos o fríos.

También es aconsejable comenzar lentamente e ir aumentando la intensidad progresivamente. Y no realizar ejercicio cuando los síntomas estén exacerbados o haya una crisis asmática.

Con precaución y control médico, las personas asmáticas pueden y deben mantenerse activas. El ejercicio mejora su calidad de vida.

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